Tener preocupaciones es normal, pero a veces éstas toman el control y les dedicamos horas y horas de atención... analizamos detalles, le damos vueltas imaginando posibilidades, vamos rumiando lo mismo una y otra vez.. hasta agotarnos.
Si algo tiene solución has de pasar de preocuparte a centrarte en la acción, en lo que puedes hacer, y si no tiene solución hemos de pasar de la preocupación y frustración a la aceptación para seguir adelante.
¿Conocéis el cuento del vaso? si no es así os invito a leerlo (aquí ) El tema está en ¿cómo podemos soltar el vaso? ¿cómo podemos controlar las preocupaciones para que no agoten nuestra energía? Os detallo en el siguiente artículo algunas claves:
1. Escucha a tus preocupaciones y racionalízalas.
En primer lugar escuchemos lo que nos preocupa: ¿Qué nos dicen las preocupaciones? ¿cómo lo dicen? ¿qué cosas se repiten?.
Analiza lo que te preocupa (mejor si lo haces por escrito):
- ¿El discurso que me digo a mi mismo es exagerado?
- Por ejemplo montarse películas sobre terribles consecuencias que puede tener algo..
- «Como me equivoqué en un tema del trabajo hoy, pensarán que soy un inútil y un incompetente, seguro que me echan y no encuentro nunca más otro trabajo porque ya tengo una edad y la cosa está muy mal, y acabaré perdiendo el piso donde vivo y viviendo en la calle.. bla, bla, bla ..(más exageraciones y consecuencias terribles)»
- Como veis las preocupaciones son unas exageradas y proclives a categorizar las cosas de forma extrema: en este caso, al cometer un error, nuestro «yo preocupado y exagerado» asume que somos malos profesionales e incompetentes a ojos de los demás y nos augura un terrible futuro. Ten en cuenta que un error no te convierte en un fracasado, y que los errores y fallos suelen ser parte del camino. Hemos de centrarnos en ser objetivos, darnos cuenta de cuándo nos montamos películas y volver a la realidad. En éste ejemplo: equivocarse es humano, puede servirnos para mejorar aprendiendo del error, y un errror no significa que lo hagamos todo mal o seamos unos incompetentes..
- ¿Me centro en posibilidades de futuro que aún no puedo saber o que no puedo controlar?
- Por ejemplo:
- Mi hijo se compró una moto, y no paro de pensar en que puede tener un accidente.
- Tengo un problema de salud que me deben diagnosticar y no paro de pensar en que puede ser algo muy grave…
- Tengo una cita el sábado y no paro de pensar en cómo irá, si me divertiré, si le gustaré a la otra persona…
- Todas estas son cosas que no están bajo nuestro control, es normal tener por un momento la preocupación sobre distintas posibilidades, tener en cuenta que algo puede salir mal.. pero es un problema si le estamos dando vueltas durante horas. Hemos de centrarnos en lo que SI podemos hacer: pedir a nuestro hijo mucha prudencia, pedir cita con el especialista para saber qué nos pasa, buscar un sitio chulo para ir el sábado.. etc. Las cosas que escapan a nuestro control y que aún no han sucedido no podemos afrontarlas, el darle vueltas solamente acrecienta la angustia y hace la «bola» más grande.
- ¿Le doy vueltas a algo que pasó una y otra vez?
- Está muy bien mirar al pasado si nos sirve para entender y aprender. Pero darle vueltas con angustia o tristeza a algo que ya no podemos cambiar, como en el caso anterior, no nos aporta nada.
- Por ejemplo:
- Echarse en cara una y otra vez haber dejado la carrera hace años…
- repetir en nuestra cabeza una y otra vez un error que cometimos o algo malo que nos pasó..
- Como en el caso anterior, no podemos actuar sobre el pasado, hemos de aceptarlo y ver qué cosas SI podemos hacer sobre lo que nos preocupa: acabar ahora la carrera, aprender de los errores para intentar que no nos vuelva a pasar, pedir perdón por algo que pasó y nos hace sentir mal, etc. Quedarnos enquistados en el pasado y darle vueltas una y otra vez no nos aporta nada.
Analiza qué es lo que te preocupa, evalúa si hay algo que puedas hacer respecto a ello ¿Qué cosas concretas puedes hacer?, ¿qué te dices?, ¿cómo te lo dices y duarante cuanto tiempo piensas en ello?.
¿Si un amigo te comentara que tiene la misma preocupación, y la viviera tal y como la estás viviendo tú ahora, qué consejo le darías?
2. Ocuparse en lugar de preocuparse:
Aunque objetivicemos, y hablemos con nosotros mismos racionalizando nuestras preocupaciones, no siempre por ello dejan de aperecer.
A veces las preocupaciones parecen estar automatizadas, nos «abordan» al improviso una y otra vez, aunque sepamos que son exageradas o irracionales, y hemos de buscar estrategias para que no nos estén «dando la vara» durante horas.
Un buen antídoto contra las preocupaciones recurrentes es mantenernos ocupados: focalizar nuestra atención en otra actividad para cortar las rumiaciones. Puedes hacer una lista de cosas que te resulten útiles, por ejemplo:
- Leer
- Hacer tareas domésticas
- Hacer ejercicio
- Hablar por teléfono con algún amigo/a
- Practicar relajación
- Escribir
- Practicar algún hobbie (bailar, tocar un instrumento, cantar… )
3. Distraer a la preocupación.
Cambiar el foco de nuestra atención ayuda a cortar el discurso de las preocupaciones, a «soltar el vaso» . Una buena forma puede ser realizando juegos mentales: contar hacia atrás de 3 en 3, buscar nombres de paises que empiecen por la letra «B», buscar objetos de un color determinado por la habitación… ¿qué más se os ocurre?
4. Domesticar a la preocupación: la parada de pensamiento.
Otra técnica es la llamada «parada de pensamiento», ante rumiaciones recurrentes o preocupaciones que nos obsesionan y nos dan vuelta todo el día en la cabeza.
Es una técnica que requiere constancia. Imaginad que las obsesiones o preocupaciones recurrentes fuesen como un caballo salvaje, sin control, que aparece y nos arrastra con ellos. Se trata de domesticarlo: para ello se requiere tiempo, paciencia y sobre todo constancia.
Es importante también hacerlo desde el cariño, hablándonos con comprensión ( en lugar de enfadarnos con nosotros mismos) .. pues ya sabemos que domesticar «a palos» no es buena idea 😉 es mejor con caricias, entendiéndonos.
Cómo hacerlo:
Se trata de traer las preocupaciones u obsesiones a nuestra mente durante unos minutos (puedes poner por ejemplo una alarma a los 5 minutos) Al pasar el tiempo establecido decirte a ti mismo una frase «clave» (Por ejemplo «Basta» o «Stop» o «Esto no me aporta nada») y cortar el pensamiento.
Puedes acompañarlo de algún gesto (negar con la cabeza, levantar la vista al cielo, una palmada..). También puedes acompañarlo de una imágen mental (Accionar la cisterna del WC, una raqueta golpeando una pelota, vaciar la papelera de reciclaje de windows, soltar un globo de helio y que se pierda en el cielo..) Busca tus propias frases, gestos e imágenes.
Ten en cuenta que al iniciar ésta práctica lo mas normal es que los pensamientos vuelvan al cabo de un rato: se trata de un entrenamiento, los estás «domesticando» y ello requiere que seas constante, lo practiques una y otra vez, cada vez que puedas, hasta que cada vez sea más fácil cortar el pensamiento y la frecuencia vaya disminuyendo.
La constancia en este caso, como en muchos otros, es la clave del éxito.
¿Utilizáis alguna otra técnica para dejar de «comeros la cabeza»?
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Por culpa de un error mio muy grave ( me estafaron haciendose pasar por mi hija y yo no fuí capaz de detectar el engaño) para nuestra economia familiar, desde entonces me despierto a media noche y no me puedo volver a dormir,es muy agoviante y me desespera.Intento todo pero no puedo dejar de pensar.
Creo que lo que muchas veces nos falla es nuestra determinación para afrontar nuestros problemas, para no evadirnos de lo que, Creo que todos si pensamos en profundidad, debemos llevar a cabo
Yo siempre pienso así, pero el problema es actuarlo….me cuesta actuar. Tengo mil cosas que hacer que acabo en el sofá sin hacer nada…🙄
Llevo así años…
Hay q ver como es capaz. La mente de mermarme el animo. Voy a provar las tecnicas que has comentado gracias.
Estos consejos son para mí y voy a aprovecharlos.
Paola, tus notas son tan de la vida real que se pueden conectar fácilmente a la necesidad de depurar mi espacio mental.
Muchas gracias.
Este es un tremendo tema que se lleva mí tiempo y energía.
Muchas gracias por ayudarme a poner orden. Ahora resta una gran tarea con mucha perseverancia.
Tremendo es el sufrimiento de los que padecemos esto sobre todo el de repensar todo el tiempo la misma preocupacion que nos abasalle la ansiedad imparable que nos tormenta y la irrealidad que genera no se la deseo a nadie tras todo esto esta la depresion que hace que esa irrealidad siempre es toda negativa o catastrofica.
Grandioso su artículo permite analizar desde distintos contextos varias aspectos o puntos
mecionados desde la UPS
su aporte el cual sirve de lectura o trabajo de análisis para muchso estudiantes.
Qué buena entrada, sobre todo porque es de las mayores complicaciones de los consultantes en terapia.